Villa de Arico

La Villa de Arico es la capital administrativa y centro religioso del municipio.
Su origen está en un antiguo caserío surgido del desarrollo arquitectónico de las primitivas chozas y casas-cueva. El centro de la localidad fue desde entonces la plaza de la iglesia, construyéndose en las inmediaciones las primeras viviendas. La elección de este territorio como lugar de asentamiento pudo deberse a su clima, a la proximidad de fuentes y nacientes de agua y a la existencia de tierras de cultivo.
La parte de mayor antigüedad de la localidad presenta una magnífica muestra de la arquitectura rural tradicional canaria, con edificaciones hechas con materiales de construcción típico de la zona, como la loza chasnera.
Entre los edificios más representativos, sobresale la Iglesia y Parroquia de San Juan Bautista, que data del siglo XVII la primera construcción, o del siglo XVII, para otros estudiosos, y las casas aledañas. Su rico patrimonio artístico, su valor arquitectónico y el buen estado de conservación le ha valido su declaración como Bien de Interés Cultural con la categoría de Conjunto Histórico.